Cuando las condiciones ambientales lo permiten, y las lombrices de tierra hacen acto de presencia, la fertilidad química, física y biológica del suelo, resultan ser (aunque no siempre) notoriamente mejoradas con
vistas a la producción agraria. Sin embargo, ni son condición
necesaria, ni suficiente, como suele leerse en Internet. Por tanto, es imprudente indicar a los agricultores que son panacea y garante de buenas cosechas. Existen miles de especies, de las cuales en la mayor parte de los casos desconocemos casi todo.


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